Paro total de la flota congeladora: “No pedimos subsidios, pedimos trabajar”

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El conflicto pesquero llegó a un punto límite: desde este sábado rige un paro nacional por tiempo indeterminado que afecta a toda la flota congeladora del país. Gremios denuncian la pasividad del Gobierno Nacional y advierten que “la pesca está prendida fuego”. En Puerto Madryn, trabajadores acampan sobre la Ruta 3.

Puerto Madryn – La situación en los puertos argentinos ya no da para más. Desde las 0 horas de este sábado se inició un paro total por tiempo indeterminado que abarca a toda la flota congeladora, en medio de un conflicto que lleva ocho meses sin resolución. La medida fue anunciada en una conferencia de prensa conjunta por César Zapata, del SOMU, y Alexis Gutiérrez, del SUPA, en representación de todos los gremios marítimos que se sienten “rehenes de la falta de respuestas”.
“La situación sigue igual. Tuvimos una audiencia y no se concretó nada. No quieren escuchar. A partir de esta noche arranca un paro nacional para toda la flota congeladora”, afirmó Zapata con crudeza.
El conflicto involucra a buques tangoneros, centolleros, vieireros y pesqueros de merluza y calamar. Las cámaras empresariales se niegan a reconocer la unificación del convenio colectivo, mientras que el Gobierno Nacional insiste en que se trata de un problema entre privados, desentendiéndose de la crisis.
“Hace ocho meses que no navegamos. Hay compañeros que ya no tienen luz, no pueden poner un plato de comida en la mesa para sus hijos”, denunció Zapata.
“No estamos pidiendo subsidios. Pedimos trabajar”, remarcó.
Acampe sobre la Ruta 3: visibilizar el reclamo
La bronca acumulada estalló también en las calles. Este sábado, trabajadores de la pesca iniciaron un acampe sobre la Ruta Nacional N°3, a la salida de Puerto Madryn, para visibilizar el reclamo ante la indiferencia de las autoridades. La medida, que genera demoras en el tránsito, forma parte de un plan de lucha que incluirá marchas y manifestaciones en distintos puntos del país.
“Vamos a arrancar con una marcha, una manifestación por la ciudad para visibilizar esto y después veremos día a día cómo va a ir surgiendo”, adelantaron desde los gremios.
Una situación social al borde del colapso
La protesta no se limita al SOMU. Participan todos los sindicatos vinculados a la actividad portuaria, desde estibadores hasta personal de plantas pesqueras. El impacto es profundo: la actividad está paralizada y se siente en cada rincón de las ciudades portuarias.
“La pesca está prendida fuego. No sólo la actividad, también los pueblos. Hasta el kiosquero del barrio lo siente”, advirtió Gutiérrez, quien remarcó que el SUPA se encuentra en estado de alerta y movilización.
Silencio nacional y respuestas provinciales insuficientes
Los sindicatos cuestionan fuertemente la ausencia del Gobierno Nacional y del Consejo Federal Pesquero, quienes, aseguran, deberían intervenir de forma urgente para destrabar el conflicto. También piden mayor presión por parte de los gobiernos provinciales.
“Ni Nación ni Provincia están tomando dimensión de lo que está pasando. Hay incertidumbre en todos los eslabones de la pesca”, aseguró Gutiérrez.
“Invitamos a los gobernadores a que presionen. Esto afecta a todo el litoral marítimo argentino”, reclamó Zapata.
Una crisis que necesita respuestas, no excusas
Mientras los barcos quedan amarrados, los trabajadores acampan en la ruta y miles de familias ven desplomarse su economía, la falta de respuestas alimenta la bronca y la desesperación.
“No queremos ser una variable de ajuste. Queremos que se reactive la actividad. Que las partes se sienten a dialogar y que el Gobierno Nacional cumpla su rol”, concluyó Gutiérrez.
La pesca, motor económico de la Patagonia y muchas otras regiones del país, está en una situación crítica. Y el mensaje desde los muelles y las rutas es claro: no hay más margen para la indiferencia.

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