Tras el devastador temporal que azotó a Bahía Blanca y dejó un saldo trágico de 13 muertes, la ciudad se sumerge en un estado de desconcierto y desolación. Los vecinos deambulan entre los escombros de una ciudad prácticamente destruida.
En algunas zonas, la falta de electricidad, agua y conexión a internet agrava la situación, sumiendo a la población en un estado de aislamiento e incertidumbre. Cinco personas permanecen internadas en estado gravísimo, luchando por sus vidas después de la tragedia.
Alejandro Puebla, periodista local, proporciona un impactante relato de la situación actual en Bahía Blanca. En medio de la oscuridad que cubre casi el 90% de la ciudad, Puebla destaca la destrucción de casas, caída de árboles y cortes en el suministro eléctrico que han dejado a la población a merced de condiciones peligrosas.
«Estamos prácticamente a ciegas en la periferia de lo que es Bahía Blanca. Muy pocas calles y sectores están conectados. Esta situación se repite a lo largo y ancho de la ciudad», comenta Puebla.
La Universidad Nacional de Bahía Blanca, un pilar educativo en la región, se encuentra gravemente afectada, con ninguna ventana en pie. La ciudad, según informes, ha sido arrasada en algunos barrios, con casas totalmente destruidas y residentes refugiándose en hogares que aún permanecen en pie.
La ciudad enfrenta un escenario caótico, con calles obstruidas por silos y cajas de contenedores tiradas en la ruta. Las clases han sido suspendidas durante tres días de duelo provincial, mientras la población se refugia en sus hogares.



